Fracasos del doblaje

 Si bien el doblaje nació en Estados Unidos, su genética está impregnada del talento de actores de radionovelas mexicanos, quienes abrieron brecha y forjaron los cimientos para que surgieran empresas mexicanas dedicadas al doblaje, provocando, con el paso de los años, que se extendiera a América Latina y España.

 La recién nacida especialidad de la actuación en la década de los 50’s fue un parteaguas en la industria cinematográfica, causando también un impacto en la sociedad hispanoparlante, siendo esta última la que vio influenciada su memoria auditiva y dicho sea de paso, hasta la fecha, el doblaje mexicano sigue permeando en el inconsciente colectivo de muchas generaciones que han sido testigos de cómo el doblaje nacional se ha catalogado como uno de los mejores, tiendo reconocimiento internacional. Resulta necesario dar un poco de contexto al lector, acerca de los orígenes del doblaje y su llegada a México.

El doblaje se utilizó como última carta al que le apostaría el mundo cinematográfico, que ya se encontraba en la cuerda floja, porque representaba un gasto económico considerable seguir produciendo películas y dicho sea de paso cada vez con menor calidad en producción. Si bien, ya se hacía uso de los subtítulos, quienes veían las proyecciones dejaban de prestar atención a lo que pasaba en la pantalla para poder leerlos, además cierto sector de la población aún era analfabeta y no entendía el mensaje de los mismos. Fue hasta 1929 que esta jugada le favorece demasiado a la industria del cine Norte Americano como Europeo, que además se le fue sumando la innovación tecnológica que permitía la sonorización y el empalme de las voces de los actores extranjeros que repetían los diálogos ya traducidos sobre la filmación ya hecha, siendo estos los precursores del doblaje.  

En New York (1944) se abre la primera empresa dedicada al doblaje en español, la GOLDWYN MEYER. Dicha empresa contrató a Luis de Llano Palmer para hacer una selección de actores mexicanos de radio novelas, varios de ellos salidos de la XEW (estación de radio consolidada como el máximo exponente en el país autoproclamada como “La voz de américa latina”), siendo así que en ese mismo año lleguen a new york los primeros actores de doblaje. Dos años más tarde el siguiente grupo de actores arriba a las instalaciones neoyorquinas. Esto dio como resultado el doblaje al español de la película Luz que agoniza (1944).

El cine mexicano vio en ellos una competencia que favorece demasiado a la cinematografía norteamericana y como medida de protección el gobierno mexicano prohíbe el doblaje de películas extranjeras y decretó que sólo películas infantiles pueden ser dobladas. Esto dio motivo a que el equipo de actores de radionovelas regresara al país. Esta ley impidió la creación de empresas con la intención de hacer doblaje en México. Fue gracias a Edmundo Santos y Carlos Martín Espinoza, bajo esta ley de sólo doblaje a películas animadas, que hicieron una alianza con Walt Disney para hacer el doblaje de la película “Cenicienta” en 1950.

Posterior al éxito que tuvo el doblaje de películas, Estados Unidos se abrió paso en la creación de series y programas para niños. Para sorpresa de muchos esto tuvo aceptación, y la exigencia, así como la demanda del público latinoamericano también fue en aumento, provocando que los actores de doblaje de las empresas mexicanas mejorarán sus técnicas de sincronización con las filmaciones y desarrollaran un mejor manejo de intenciones en los diálogos de cada una de las películas y series que llegaban al país. Con el pasar de los años el doblaje en mexicano se posicionó en América Latina, y poco a poco fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy día, con el peso y reconocimiento a nivel internacional que lo caracteriza. Posterior a este éxito, países como Chile, Argentina, Perú, Colombia, y España también comenzaron a “redoblar” series y películas infantiles Estadounidenses. Algunos de estos países hicieron esto como una medida de prevención, del punto de vista lingüístico, porque el “español neutro” que implementó el doblaje mexicano, que es un español sin uso excesivo de regionalismos, y carente de acentos propios de una región o país (a excepción de que un personaje por sus características necesitará un acento en particular), para que resultara fácil de entender en los demás países donde tenían alcance la proyección de dichas series y películas. A pesar de esto España rechazó esta técnica tachándola de mala forma al hablar, incluso torpe.

“El idioma es, grosso modo, compartido por poblaciones y, como consecuencia, la diversidad cultural es aún más extensa que la lingüista. Aquí radica el concepto antropológico de cultura, la diversidad de modos de comportamiento, de maneras de ver el mundo y entender la vida, diferentes costumbres y diferentes creencias, diferentes maneras de comunicarnos, y cómo no, la existencia de diferentes lenguas. La diversidad cultural ha sido objeto de investigación para muchos antropólogos, dando lugar a múltiples definiciones o concepciones” (Kahn, 1975, citado por Mazzitelli Chiara, Garrido Domené 2019)

 Es por esto que la decisión de España para el redoblaje de las películas de Disney en 1989, debido a sus variantes lingüísticas (catalán, vasco, gallego y castellano), le favoreció más a Disney, lejos de ser un insulto a México. Aunque más bien, podría interpretarse como un golpe al orgullo Español al sentir que un país del cual son básicamente progenitores, viniera a enseñarles cómo hablar:

 “¡Hostia! ¿Desde cuándo los patos les tiran a las escopetas?”.

Y no es objetivo decir cual idioma es mejor que el otro, o tratar de imponer una forma correcta de usar el lenguaje que los hace afines, pero, quizá esta acción fue más un reflejo de la idiosincrasia diversa y dividida que impera entre ellos. Aunque, si algo hay que reconocer es que el lenguaje catalán ha mantenido la lucha por seguir vigente como lengua ya que hasta series japonesas como “Dragón Ball” o mejor dicho “Bola de Drac” (nombre que recibe en catalán) son vistas en este idioma, y en México el rescate por la lengua indígena dista de seguir el ejemplo catalán que se empeña por mantenerse vigente y salir avante mostrando adaptación a una modernidad que se encuentra en constante cambio. Sin embargo, pueden verse fragmentos de capítulos doblados al náhuatl, hechos por el Fandom. habrá a quien esta práctica le parezca desatinada, pero es una forma de mantener encendida la vela que nos demuestra que nuestras lenguas indígenas siguen vivas y no quieren quedar en el olvido.

Otro limitante que ha enfrentado el doblaje mexicano es la aparición del “star-talent” que son aquellas figuras públicas, que no pertenecen al mundo del doblaje e incursionan en esta especialidad de la actuación por cuestiones de mercadotecnia. Pues son ellos, desde el punto de vista de los actores de doblaje quienes cobran más por película realizada que ellos que llevan mucho tiempo en la profesión y que se han preparado para ese trabajo, dejando en jaque la calidad del resultado que es perceptible para la audiencia y por los mismos profesionales, además el star-talent recibe más crédito y reconocimiento que aquellos que actores que tienen más experiencia en este arte.

También es necesario comentar que el uso de star-talent es petición del “cliente” o mejor dicho de las empresas cinematográficas (Disney, Pixar, Warner Brothers, etc.) siendo este quien decide que figura pública, si lo requiere le “beneficiará” a la filmación.

Con lo visto anteriormente, es importante que se lleven a cabo mejores cláusulas contractuales para que el doblaje mexicano continúe siendo por más tiempo un referente, en la industria y se consolide ya como una institución en América Latina en todos los sentidos, que, aunque no se quiera ver genera empleos directos e indirectos en México donde se encuentran las empresas de doblaje. Ya que la industria cinematográfica mexicana no ha despuntado, al grado que parece estar en un estancamiento, al menos que se vea en el doblaje un paso para hacer crecer la industria cinematográfica en México.




Comentarios

Entradas populares